Desde Alcoy, dos voluntarios de Fundación Novaterra comparten una reflexión profunda y honesta sobre el significado de ser voluntario y el impacto que este compromiso tiene en la vida de las personas. En el Día Internacional del Voluntariado nos invitan a detenernos y reconocer el valor de quienes entregan su tiempo a los demás. Gabriel Barrachina y Marián Guzmán nos recuerdan que la solidaridad se construye a base de pequeños gestos: “trocitos” de vida que, unidos, pueden transformar realidades y sembrar esperanza en la comunidad alcoyana.
Ser voluntario: dar la vida en “trocitos”
Ser voluntario es un gesto de gratuidad, ya que nace de la convicción profunda de que todos somos responsables de todos, es decir, la humanidad compartida.
Cuando dedico mi tiempo como voluntario ofrezco lo más valioso que tengo. Este tiempo es vida, y ofrecerlo es compartir mi saber, mi experiencia, mis relaciones y, en definitiva, mi persona. Lo hago a trocitos, pero cada uno de ellos tiene un impacto real en la vida de otras personas y es un compromiso activo con la transformación de la realidad social.
En Fundación Novaterra se trabaja por la inclusión a través de un empleo digno. Gracias a la acción del voluntariado se pueden conseguir contactos con empresas, oportunidades laborales a personas a las que se acompañan, aportamos nuestro conocimiento del entorno, nos unimos a otras entidades, utilizamos nuestras redes, realizamos propuestas, difundimos la gran labor que se realiza en el día a día de la Fundación y muchas cosas más que sería interminable enumerar. Toda acción, por pequeña que sea, suma, sobre todo para quienes están “heridos” con una vida muy dura.
En Alcoy, nosotros como voluntarios, tenemos un reto: queremos dar visibilidad y difusión a la Fundación Novaterra, organizando varios eventos de diferente índole: cenas temáticas solidarias, trabajo conjunto con entidades locales deportivas, espectáculos culturales de teatro, música, danza y poesía y todas aquellas oportunidades que pueden cumplir nuestros objetivos.
Hoy 5 de diciembre, Día Internacional del Voluntariado, hay una invitación personal y con ella se nos recuerda que la solidaridad es una responsabilidad. Responder a esa invitación es una forma de participar en la construcción de una sociedad más justa y solidaria.
Unamos, hoy más que nunca, todos esos trocitos que cada uno de nosotros podemos aportar para que lo pequeño se vuelva grandioso, lo cotidiano se transforme en extraordinario y cada acción aporte luz donde, a veces, hace falta.
Gabriel Barrachina y Marián Guzmán
Voluntarios Fundación Novaterra Alcoi
