Port-mail ofrecerá nuevos servicios para que empresas y entidades cumplan con la LISMI

Port-mail se pone en marcha en el seno de la Fundación Novaterra en 1999 como un proyecto empresarial capaz de generar empleo para personas con discapacidad. La firma, que presta servicios de mensajería nació vinculada al sector portuario y, aunque sigue siendo especialistas en el mismo, hoy ofrece sus servicios a cualquier empresa de la ciudad de Valencia y su área metropolitana.“Nuestros servicios consisten fundamentalmente en la gestión/tramitación inmediata de documentación (mensajería), en el servicio de paquetería (recogida de sobres y paquetes para entregar en cualquier punto de España y Portugal) y en servicios de reparto, ya que algunas empresas externalizan en PortMail y en su flota de vehículos el reparto de la mercancía”, apunta Mila Valera, responsable del departamento de Operaciones.

De hecho, algunos clientes, por el volumen de documentación que manejan, requieren que un mensajero de PortMail trabaje la totalidad de la jornada a su servicio, mientras otros optan por el servicio de valija diaria “a una hora determinada, pasamos por sus o?cinas y gestionamos la documentación que nos hayan encomendado ese día”, explica. Según el responsable financiero de la firma, José Antonio Díaz, además de proporcionar a empresas y entidades ahorros “en tiempo y dinero” en la realización de este tipo de gestiones, –»ya que hemos conseguido a lo largo de los años importantes economías de escala en la ciudad de Valencia llegando a tener la relación precio/calidad más competitiva en varios distritos de la ciudad»–; como valor añadido,  Port-Mail tiene la cali?cación de centro especial de empleo (otorgada por el Servef), por lo que sus clientes indirectamente están apoyando la creación y el mantenimiento de puestos de trabajo de personas con discapacidad “un colectivo con serias di?cultades de acceso al empleo”, admite Díaz. “Esto es una clara acción de Responsabilidad Social Empresarial, pero además, al ser Port-Mail un centro especial de empleo, contratar sus servicios permite cumplir con la LISMI a aquellas empresas de más de 50 trabajadores que, obligadas por esta Ley a reservar el 2% de su plantilla a este colectivo, no lo hacen, pero han sido autorizadas por la autoridad competente a acogerse a las llamadas medidas alternativas –la compra de productos o contratación de servicios de centros especiales de empleo–”, manifiesta Díaz.

NUEVOS SERVICIOS

Por ello, y conocedores de esta realidad, la empresa busca ofrecer nuevos productos y servicios que, a la vez que generen oportunidades de empleo en Port-Mail, supongan ofrecer al mercado una mayor oferta. Por una parte, la firma está ultimando la gestión integral de almacenes “de tal modo que los clientes cuenten con nosotros a lo largo de toda la cadena, no solo al final, en el momento del reparto”, asegura Valera. “Este servicio, que ya estamos realizando para una empresa del Grupo integrada en Novaterra, consiste, por una parte, en recibir la mercancía de los proveedores de nuestros clientes, controlar su calidad y almacenarla y, por otra, en recibir los pedidos de los clientes de nuestros clientes, prepararlos y entregarlos. De este modo el cliente externaliza toda su cadena en una empresa –en este caso Port-Mail– que asume los costes de personal y de infraestructura para dedicarse en exclusiva a su negocio central”. Asimismo, la firma trabaja coordinadamente con otros centros especiales de empleo para ofrecer a sus clientes servicios adicionales, como el de la destrucción de documentación confidencial. “Además esperamos la autorización administrativa para empezar a comercializar material de oficina y material promocional desde nuestro centro especial de empleo”, añade Valera. Con todo ello, la empresa espera acabar el año con un crecimiento del 10% en su volumen de negocio.

CALIDAD, ANTE TODO

Ahora bien, desde  Port-Mail tienen claro que si su trabajo no se realiza correctamente el daño que se genera al cliente “puede ser muy grande y no hay ahorro en costes que lo pague”. Por ello, la compañía ha apostado siempre por la formación de los trabajadores, la especialización en determinadas gestiones y el conocimiento de las necesidades de gestión de cada cliente, “además nuestra experiencia les aporta mucha seguridad”. En este sentido, la responsable de Operaciones destaca “el alto grado de fidelidad de los clientes”, algo que se consigue, a su juicio, “demostrando cada día seriedad en la ejecución de las tareas”. “Nuestros mensajeros se sienten integrados en la cadena de valor de nuestros clientes y asumen esa responsabilidad, satisfaciendo con un alto grado de calidad sus necesidades”, completa Díaz. Por otro lado, la compañía dispone de flota de transporte propia y no trabaja con personal autónomo (a diferencia de la mayor parte de empresas del sector) lo que se traduce en un servicio que aporta mayores garantías de éxito. Al mismo tiempo la firma ha apostado por mejorar internamente su productividad y por reforzar su estructura comercial para la captación de nuevos clientes, tanto en empresas privadas como accediendo a concursos en ayuntamientos y entidades públicas, “algo que está empezando a dar sus frutos”. Sus responsables tienen claro que la principal fortaleza de Port-Mail radica en un equipo humano (23 personas) “altamente comprometido” con la empresa y con la satisfacción de sus clientes. Valera,que a su vez ejerce la función de trabajadora acompañante de las personas discapacitadas que emplea Port-Mail, aporta su experiencia: “es muy positiva, ya que lograr que personas con discapacidad se integren plenamente en la sociedad a través del empleo les genera mucha confianza y dignidad, al adquirir independencia y autonomía”. El proceso se realiza mediante un itinerario en el que los trabajadores adquieren los conocimientos propios del puesto de trabajo pero fundamentalmente las habilidades y destrezas necesarias para desenvolverse en las distintas facetas de la vida.

Publicado en Economía 3 en mayo de 2012.