Fundación Novaterra en Alzira se reafirma como un eje esencial de transformación social en la Ribera Alta, en el marco de los resultados presentados en la Memoria 2024. A lo largo del año más de 100 personas accedieron a un empleo y alrededor de 60 fueron insertadas al mercado laboral, confirmando que el trabajo cercano, adaptado al territorio y centrado en las personas puede cambiar vidas.
El perfil de las personas acompañadas refleja la realidad actual de muchas familias en la comarca: el 66 % han sido mujeres, muchas de ellas madres monomarentales, cuidadoras principales o en situación de vulnerabilidad económica. Junto a ellas, jóvenes sin empleo ni estudios, migrantes, personas desempleadas de larga duración o sin red de apoyo han encontrado en la Fundación un espacio seguro para reconstruir su proyecto de vida.
La intervención en Alzira combina orientación laboral personalizada, formación básica y ocupacional, activación emocional y empoderamiento. Más allá del empleo, se busca generar procesos que refuercen la autoestima, la autonomía y la estabilidad familiar.
Entre los programas más destacados en 2024 se encuentran:
- NVT Format, un itinerario formativo integral con enfoque en colectivos vulnerables, que atendió a 60 personas.
- Convenio NVT Inserta’t, en colaboración con el Ayuntamiento de Alzira, que impulsó 64 itinerarios personalizados hacia el empleo.
- Novaterra Jove, donde 42 jóvenes accedieron a orientación vocacional, formación y actividades grupales que promovieron su activación profesional.
Además, Alzira ha participado activamente en el modelo de emprendimiento social con mujeres formadas en autoempleo y varios proyectos en marcha vinculados a sectores como la hostelería, el comercio de proximidad, el marketing digital o el ocio educativo. Desde esta sede se ha promovido el emprendimiento como alternativa de inserción laboral sostenible y con propósito social, priorizando a personas sin acceso a financiación tradicional ni red empresarial.
Los sectores donde se han producido más contrataciones incluyen limpieza, servicios de atención, hostelería, comercio y logística, todos claves para la economía local. Las acciones han estado siempre alineadas con un enfoque de corresponsabilidad social, colaborando con entidades públicas y privadas del entorno.
El equipo técnico de Alzira ha detectado durante el año barreras estructurales como la falta de vivienda adecuada, el transporte limitado en zonas rurales, la baja formación digital o la escasa red familiar, elementos que dificultan la inclusión real. Por ello, la Fundación apuesta por un modelo de trabajo integral, que combine acompañamiento humano, activación profesional y sensibilización comunitaria.