img_20161129_190359“Impulsar un liderazgo ético es una responsabilidad compartida. Hemos de ser todos partícipes de esa implantación. Y me reconforta que afortunadamente en este mundo haya personas como Federico Buyolo”, con estas palabras abría Salvador Navarro, Presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) la presentación del libro “Humanizar la empresa”, de Federico Buyolo, actual Director General de Cooperación y Solidaridad, en Valencia.

El acto, organizado por la Fundación Novaterra en la sede de la CEV, contó con la participación del presidente de esta fundación valenciana con 25 años de historia en la lucha contra la exclusión social y la pobreza en Valencia. Francisco Cobacho contextualizó el porqué de un acto como éste. “Éste es un libro de interés y valor social para muchos de nosotros, personas y entidades que tenemos el empeño de contribuir a mejorar la vida de la ciudadanía”.

“En el quehacer de cualquier empresa hay un extenso diafragma de posibilidades para acercar la empresa al impacto social que se puede esperar de ella”. “Lo importante no es conseguir que la empresa gane dinero del modo que sea, que luego ya haremos alguna contribución a alguna causa social, sino que cada vez cobra más importancia el cómo se ha ganado ese dinero, integrando en ese quehacer valores y modos de actuar de empresa responsable, una empresa humanizada, como nos dibuja Federico Buyolo en el libro que hoy presentamos”, concluyó Cobacho.

Federico Buyolo, de familia de empresarios, profesor de universidad, y ahora trabajador en la administración pública, tiene un perfil diverso y multidimensional, desde el que aborda este libro.  La idea nació de una frase de la Catedrática Adela Cortina. “Me di cuenta que la responsabilidad social era sólo una instrumento, y teníamos que seguir avanzando en el ámbito de la ética”, afirma Buyolo, autor del libro.

Una ética que ha ido a menos en la formación en todos los niveles: “al principio nos hacían elegir entre estudiar ética o religión. Luego se convirtió en Educación para la ciudadanía. Y cuando ascendemos al nivel universitario nos encontramos con que muy pocas carreras la ofrecen en el currículum”. En su investigación, de dos años de duración, Federico Buyolo ha llegado a la conclusión de que “sólo dos universidades públicas tienen la asignatura de ética. Y de las dos sólo una la está impartiendo en la práctica”. “Durante la investigación el alumnado me explicaba que no sólo no tenían asignaturas de ética, sino que en las propias asignaturas de historia de la economía se daba una visión negativa de la empresa, donde lo importante sólo es el beneficio económico”, resalta Buyolo.

Para el autor España llega bastante tarde a este movimiento de la responsabilidad social. “Hay un déficit formativo en el ámbito de la ética empresarial, pero no sólo en el ámbito formativo, desde antes, desde la escuela. La universidad debe hacer una formación integral del alumnado, no sólo del conocimiento, sino también en una deontología, una educación cívica y humana, una formación integral, que es su primer deber”, destaca Buyolo.

“Un empresario no sólo gestiona una cuenta de resultados. Tiene que tener liderazgo. Carisma y ejemplaridad. Capacidad de influir. Y es a través de esos valores éticos es cuando tenemos verdaderos líderes empresariales. En mis estudios me di cuenta de que la mayoría de empresas que tienen Códigos éticos no habían participado los trabajadores en el proceso de definición. Lo cual es un sinsentido. Y la mayoría de las veces son más cartas de servicios que verdaderos compromisos”.

En definitiva “tenemos muchas normativas y herramientas de gestión, que no dejan de ser un trabajo de consultoría externa configurados para que saques la nota que te propongas, y que no son de obligado cumplimiento y deberían serlo. Esto es algo que discutía con Ramón Jáuregui cuando empecé el libro, y entonces Jáuregui afirmaba que la RSE tenía que ser voluntaria. En la última conferencia impartida en Novaterra pareceía haber cambiado de parecer. Lo cual me alegra. Porque si la responsabilidad social no es de obligado cumplimiento nunca avanzaremos”, manifestó Buyolo.

“Las empresas son parte de la sociedad y no se trata de devolver a la sociedad parte de los beneficios sino de contribuir con su labor y trabajo a que su desarrollo no sea sólo individual sino colectivo. En esta tarea las empresas son fundamentales, pero si no cumplen con su parte de ética, no pueden ser consideradas empresas. Llámenle otra cosa pero, no se las puede llamar empresas”, concluyó Federico Buyolo.

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